lunes, 2 de junio de 2014

PARASITOSIS HABITUALES EN EL SER HUMANO

Las parasitosis aún son prevalentes a nivel mundial, especialmente en países en vías de desarrollo, a pesar del progreso sanitario y cultural que se ha logrado en las últimas décadas. La desnutrición y las inmunodeficiencias favorecen la morbimortalidad provocada por las parasitosis, cuya prevalencia es mayor en las regiones tropicales, específicamente en aquellas que se ubican entre el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio, zona que incluye a casi toda África, Asia, América Central y la mayor parte de América del Sur, siendo ahora, por evidentes motivos de movilidad geográfica de los últimos 40 años, detectada a nivel mundial, y sin embargo, no tenida en cuenta por los facultativos de los países desarrollados, tardándose mucho en su diagnóstico por esta causa. . 


La modernización se asocia a aumento de las migraciones y del turismo, lo que favorece la diseminación de las enfermedades tropicales; si a esto se agrega un insuficiente control sanitario se explica la persistencia de las zoonosis, enfermedades transmitidas al ser humano por los animales. 

Las parasitosis se clasifican según diferentes criterios:

Según ubicación topográfica: en endoparásitos, que se encuentran en el interior del cuerpo humano y ectoparásitos, que habitan la piel y cuero cabelludo.

Según ubicación en órganos y sistemas: en enteroparásitos, que se ubican en el tubo digestivo, histoparásitos, que están en algunos tejidos y hemoparásitos, que se encuentran en la sangre, por ejemplo la malaria.

Clasificación morfológica: protozoos, que en general son microscópicos, helmintos o gusanos y artrópodos, como piojos, pulgas o arañas.

Clasificación taxonómica: según reino, phylum, clase, orden, familia, género, especie y variedad.


Se denomina hospedero o huésped al portador del parásito, que puede ser simple o complejo; el ser humano es un huésped complejo, ya que en condiciones naturales permite la sobrevivencia y alojamiento de agentes infecciosos. Los hospederos se pueden clasificar en: accidentales o circunstanciales, que son aquellos que se infectan, pero no permiten el desarrollo completo del ciclo biológico del parásito; los definitivos, en los cuales el parásito alcanza la madurez o fase de actividad sexual; los intermediarios, en los cuales se desarrolla la fase larvaria o asexuada; y los paraténicos, que son hospederos accidentales en los cuales se corta el ciclo del parásito. 

A continuación se revisarán los principales parásitos que afectan al pulmón, según su clasificación morfológica.

Protozoos.

A este grupo pertenecen Entamoeba histolytica, que provoca la amebiasis y Plasmodium vivax, causante de la malaria, que en conjunto son los más importantes a nivel mundial, pues afectan a 10% de la población; Plasmodium falciparum, que también causa malaria; Toxoplasma gondii, responsable de la toxoplasmosis y Leishmania infantum, agente causal de leishmaniosis y kala-azar, leishmaniosis visceral que se transmite del perro al hombre por picadura de mosquito. 

La amebiasis tiene como forma de presentación más común un cuadro gastrointestinal, pero también puede dar síntomas causados por abscesos amebianos que se desarrollan en distintos órganos a partir de una diseminación hematógena. 


La toxoplasmosis, secundaria a interacción con gatos, también puede producir problemas pulmonares en inmunodeprimidos tras la ingestión de carne cruda, como se ha visto en pacientes VIH que cursan con neumonitis grave e indistinguible clínicamente de la provocada por Pneumocysitis carinii u otros agentes infecciosos. 

La leishmaniosis o kala-azar  se caracteriza por compromiso del estado general, fiebre, hepatoesplenomegalia, diarrea y en ocasiones, hemorragia de las mucosas gingival y nasal. Esta enfermedad causa la muerte de alrededor de dos millones de personas al año en el mundo, pues no tiene tratamiento eficaz. 

Artrópodos.

En este grupo se encuentran los pentastómidos, que son artrópodos aberrantes puesto que en su estado adulto toman la apariencia de helmintos cilíndricos o aplanados, generalmente anillados, sin patas y de color blanco, pero en su estado larvario inicial se asemejan a ácaros. Las pentastomiasis pueden ser causadas por Armillifer armillatus o Linguatula serrata, que viven en las fosas nasales y faringe de mamíferos como los perros y reptiles, como las serpientes. El ser humano se puede contagiar por contacto con las mascotas.

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Artrópodos pentastómidos. A: Armillifer armillatus. B: Linguatula serrata.


Posteriormente el artrópodo se distribuye por vía hematógena y se enquista en órganos como los pulmones, donde se calcifica y produce lesiones. No es mortal, pero puede ser difícil llegar al diagnóstico.

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Lesiones pulmonares provocadas por artrópodos.

Helmintos.

Es el grupo más importante, Estos se dividen en nematelmintos o nematodos y platelmintos. 

Los nematelmintos son gusanos redondos en la sección horizontal de sus cuerpos. En este subgrupo destacan Áscaris lumbricoides, Enterobius vermicularis ( oxiuros ), Trichuris trichiura, Trichinella spiralis y Toxocara spp; este último puede ser variedad canis o catis y la más importante es la canis, que se transmite por vía indirecta al ser humano al manipular las heces de los perros en forma accidental. El síndrome de Löffler es un cuadro inflamatorio pulmonar asociado a eosinofilia, causado por la diseminación hematógena de los nematodos durante su ciclo vital, gracias a la cual las larvas llegan al pulmón y producen focos inflamatorios migratorios que se resuelven sin dejar secuelas. El paciente de la imagen presentó un cuadro respiratorio y en las cuatro semanas siguientes presentó focos neumónicos con patrón migratorio, con resolución completa y sin secuelas posteriores.

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Síndrome de Löffler.

Los nematodos pueden ocasionar patología pulmonar por migración, fenómenos inmunológicos o invasión luminal; también pueden causar trastornos gastrointestinales. La siguiente imagen corresponde a un caso de invasión esofágica producida por Áscaris lumbricoides, el cual migró desde el intestino.

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Invasión esofágica por Áscaris lumbricoides.

Otras zoonosis importantes son la dirofilariasis y la toxocariasis. La primera es producida por Dirofilaria immitis, helminto que se ubica en el corazón de los perros y pueden tener al hombre como hospedero accidental, ocasionando pequeños infartos pulmonares que evolucionan hacia granulomas; cuando se produce un granuloma único se puede presentar como un nódulo pulmonar solitario. La toxocariasis es producida por la migración de formas larvales de toxocaras hacia distintos órganos, entre ellos el pulmón, ocasionando tos, expectoración y disnea con infiltrados intersticiales; también puede afectar a nivel ocular y provocar alteración en la visión.

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Dirofilarias en corazón canino y toxocariasis pulmonar.

Los platelmintos, gusanos planos a la sección horizontal, se subdividen en dos grupos: cestodos y trematodos. Los cestodos tienen forma acintada y entre ellos se encuentran: Taenia solium y Taenia saginata, cuyas fases intermedias transcurren en el cerdo y el vacuno respectivamente, Hymenolepis nana, Diphilobotrium latum y Echinococcus granulosus. Los trematodos tienen una morfología semejante a una hoja y entre los más conocidos están Fasciola hepática, que produce distomatosis hepática, y Paragonimus westermani, responsable de la paragonimiasis, enfermedad común en las zonas tropicales que cursa con compromiso pulmonar, con tos y hemoptisis.

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Fasciola hepática y Paragonimus wetermani.

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A derecha: Tenias saginata (arriba) y solium (abajo). A izquierda: Echinococcus granulosus.

Hidatidosis pulmonar.

hidatidosis es producida por el agente Echinococcus granulosus, cuyo ciclo biológico contempla a un hospedero definitivo carnívoro, en donde desarrolla su forma adulta y en general corresponde a cánidos, sea perros,  chacales, zorros o lobos, y un hospedero intermediario herbívoro, como oveja, de gran importancia en la zona  cerdo o vacuno. El hombre es sólo un hospedero accidental, se infecta al ingerir huevos embrionados que están en la tierra y permite el desarrollo del parásito hacia una fase larval intermedia. La hidatidosis se disemina cuando se da a comer a los perros  el pulmón y el hígado respectivamente, contaminados con quistes; de esta forma los perros se contaminan y diseminan los huevos al continuar con el ciclo biológico del parásito. Esta práctica era muy frecuente hace algunos años en los mataderos clandestinos.

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Radiografía de tórax en paciente de once años de edad con hidatidosis pulmonar.

Se observa el TAC de tórax del mismo paciente y una reconstrucción de imágenes después de extraer la lesión, donde se aprecia la presencia de restos pulmonares.

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TAC de tórax con reconstrucción de imágenes en paciente con hidatidosis pulmonar.

La radiografía y TAC de tórax muestran el nivel aéreo y debajo de éste, el nivel líquido irregular que corresponde a la membrana.

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Fuente: universitarios.com

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